El índice de bateo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en materia de asignación de autopistas va a la baja, pues este año sólo concretó una licitación.
Para 2015, originalmente estaban contemplados dos concursos: uno para el Libramiento de Hermosillo y otro para el Viaducto Elevado La Raza-Indios Verdes-Santa Clara, este último, bajo el esquema de asociación publico-privada (APP), Sin embargo, solamente prosperó el primero, mientras que el segundo fue declarado desierto después de que se recibieran tres propuestas, de las cuales dos comprobaron su viabilidad técnica, pero fallaron en la parte económica.
Un año antes, se completaron tres licitaciones: la Tuxpan Tampico y la Cardel-Poza Rica, ambas en Veracruz, que quedaron en manos de un consorcio encabezado por Mota-Engil y la empresa mexiquense Grupo Prodi, además del libramiento de Ciudad Obregón, que fue para Constructora y Edificadora GIA+A.
Incluso en 2013, el primer año del actual sexenio, en el que muchos constructores se quejaron de retrasos en el ejercicio del presupuesto y la llegada tardía de las licitaciones, la productividad fue mayor.
En aquel año, se le asignó un tramo de la Autopista Siglo XXI, en Morelos, a un consorcio formado por las mexicanas Pinfra y GBM, junto con la española Aldesa.
También arrancó el concurso correspondiente a la autopista Atizapán-Atlacomulco, en el Estado de México, que eventualmente ganaría OHL México.
En contraste, la Guanajuato-San Miguel de Allende quedó paralizada debido a inconformidad de comunidades indígenas con el trazo, las cuales promovieron un recurso ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Este último ordenó realizar modificaciones, pero desde noviembre de aquel año, el procedimiento de licitación no ha avanzado.
Marco Medina, analista de construcción de Grupo Financiero Ve Por Más, explicó que este resultado no tiene que ver con los recortes presupuéstales registrados al principio de 2014, sino con condiciones particulares de cada proyecto.
Las concesiones de autopistas no dependen de recursos del Presupuesto de Egresos de la Federación, sino que suelen hacerse con inversión privada, detalló.
“Lo que vimos fue interés. Hubo muchos jugadores nacionales que tenían posición financiera para poder participar y, en consecuencia, ganar algún proyecto”, opinó el analista De acuerdo con Medina Zaragoza, la velocidad con que se lanzan los proyectos es menor a la esperada.
“Quedan 40 proyectos y se esperaba entre 6 y 8 por año”, detalló.
– Fuente: Reforma