La depreciación del peso contra el dólar ha incrementado los costos para el sector.
La industria de construcción entró “a una fase conservadora” para este segundo semestre y sus expectativas de crecimiento económico se desinflaron al bajarlas de 4.7 por ciento a 3 por ciento para el término del año.
Gustavo Arballo Luján, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, señaló que el tipo de cambio ya empieza a repercutir en el precio final de las edificaciones, y que hasta el momento los constructores están absorbiendo el alza, pero difícilmente podrán hacerlo por mucho tiempo, por lo que se podrían encarecer las obras hasta siete por ciento.
Indicó que la paridad encarece los costos porque hay aumentos en la maquinaria que se importa, en el mantenimiento y las refacciones de ésta, así como en algunos insumos como el acero.
Expuso que el mayor problema que vive el sector es la discreción que se presenta en las licitaciones, porque esto ha beneficiado a unas cuantas constructoras no sólo nacionales sino también extranjeras, impulsando la corrupción, lo que ha ocasionado el cierre de algunas constructoras.
Entrevistado posterior a una reunión de los constructores con Edgar Tungüí Rodríguez, secretario de Obras y Servicios del Gobierno del Distrito Federal, dijo que el sector trabaja de la mano con la Secretaría de Hacienda, porque se ha estado escuchando, “sobre todo en parte de los estados de la dificultad en el flujo de los recursos en participaciones o en fondos federales, por lo que seguramente tendremos que establecer una línea muy clara con ellos para que los recursos que debieron ejercerse desde los primeros meses del año ya no se tarden tanto en fluir”.
Anotó que al interior del sector existe una seria preocupación porque los recursos destinados para inversión en infraestructura, en los estados empiezan a subirse hasta el segundo semestre de cada año, por lo que es preciso que la banca de desarrollo cumpla su función, para ofrecer créditos a tasas competitivas y evitar que algunas empresas del sector detengan actividades ante el problema de flujo que presentan.
Arballo señaló que la deuda de los estados representa un problema para algunos de ellos, porque no les está dejando margen de maniobra para gasto de inversión, “en las entidades estatales y municipales no se le está dando mantenimiento a la obra de infraestructura”.
Precisó que Coahuila, Chiapas y Veracruz se erigen en estos momentos como las entidades “más complicadas, porque son las que más adeudan a sus proveedores y fueron los Estados a los que sus administraciones pasadas no les dejaron margen de maniobra ni para realizar obra ni liquidar pagos”.