México registra el nivel más bajo de inversión en infraestructura entre 16 países de América Latina y el Caribe, advierte el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en una investigación reciente.
Los capitales públicos y privados que en años recientes se han aplicado en México para la construcción de carreteras, infraestructura eléctrica, agua y saneamiento, entre otras obras, rozan apenas 1.5 por ciento del producto interno bruto (PIB), casi la mitad del 2.8 por ciento del promedio regional.
El país se ubica por debajo de Argentina, Brasil, Chile y Perú, cuyos promedios anuales de inversión en infraestructura oscilan entre 1.8 y 4 por ciento del PIB, pero también de países centroamericanos.
Honduras y Panamá destinan más de 4 por ciento del PIB al sector y Nicaragua es el único país de la región que superó el umbral de 5 por ciento entre 2008 y 2013, último año del que hay cifras comparables de todas las naciones analizadas, destaca la investigación Financiamiento de la infraestructura en América Latina y el Caribe (ALC) ¿cómo, cuándo y quién?, publicada por el BID y a cargo de Tomás Serebrisky, Ancor Suárez-Alemán, Diego Margot y Cecilia Ramírez.
Si bien el organismo recomienda atraer inversión privada mediante diversos mecanismos, como las asociaciones público-privadas, para abatir la brecha en infraestructura que padece la región, advierte que deben buscarse financiamientos en moneda local, porque en moneda extranjera no siempre es posible ni deseable, ya que tienden a ser volátiles y crean un desajuste entre el ingreso obtenido y el pago de obligaciones de deuda.
También se pronuncia por utilizar más los fondos de pensiones para proyectos de infraestructura, ya que actualmente la región aplica sólo 1.1 por ciento de los mismos al sector. México únicamente usa uno por ciento de dichos recursos, pero el estudio del BID calcula que si destinara hasta 7 por ciento se duplicaría la inversión total en infraestructura.
No obstante, sentencia que los fondos de pensiones no son la panacea y se ha demostrado que son insuficientes para solucionar el rezago. Además, de usarse implicará un aumento de una sola vez que no puede repetirse a lo largo del tiempo, porque no quedarán fondos adicionales.
– Fuente: La Jornada